Lealtades

Miedo, tenía miedo de los reproches, miedo de las consecuencias negativas que pudiese tener expresar según que sentimientos. De eso no hace tanto, muchos le llaman sentimiento de lealtad pero, según como yo me he sentido diferencio dos tipos de miedo a expresarse.

Por un lado aquel que si te expresas dañas a la otra persona, atacas más lo emocional y sabes que no habrá repercusiones convertidas en actos pero si en emociones, quizás más enfados, más incomprensión, distancia… para mí esto es realmente el principio de lealtad. Tengo la impresión de que esto es algo más de una etapa más infantil o, más que infantil, cuando sabes que legalmente aun tienes el respaldo de alguien, ya sea de figuras adultas dentro de la propia familia como del Estado.

Por otro lado aquel que si expresas ese daño puede llevar a repercusiones en forma de actos y afectan al adoptado más por los actos, generalmente relacionados con cuestiones económicas, pagas, el propio sustento pasada la mayoría de edad… y esto lo definiría más como un principio de supervivencia.

Sin embargo minutos antes de empezar a escribir esto, mientras pensaba en cómo desarrollarlo no lograba separar la supervivencia de ninguna de las dos etapas, en la primera una supervivencia más sentimental, más emocional, que se traduce en una lealtad y en la segunda una supervivencia menos emocional pero más relacionada con necesidades como la capacidad de independencia económica de cada uno, y más en el panorama actual, que con las emociones pero que, a fin de cuentas, también se traduce en una lealtad a cambio de dinero, suena algo así como una especie de prostitución del propio cuerpo pero es complejo de definir como tal porque a fin de cuentas la palabra prostitución va ligada al sexo y esto tiene más que ver con emociones que con sexo y es por eso que prefiero no usar esa palabra.

Esta publicación ha terminado por convertirse en una reflexión en voz alta con términos indefinidos, poco claros incluso para mí que hace unos minutos creía tenerlo claro, una reflexión en voz alta que perfectamente podemos llevar a término entre los que queráis comentar. Probablemente sea de las publicaciones que han quedado más abiertas hasta el momento pero creo, también, que igual que me puedo nutrir de los comentarios quizás abra una nueva línea de reflexión en ti que me estás leyendo ahora mismo.

2 comentarios

  1. Como madre de 3 hijos adoptados, me gustaría preguntarte qué actitud debemos tener para alejar este miedo de que al expresar vuestras emociones o pensamientos podáis cambiar lo que sentimos hacia vosotros. Cómo hacerlo para que no penséis que sois desleales
    En ningún momento nuestros hijos tienen que pensar que expresarse libremente puede cambiar nuestro amor incondicional (igual que un hijo biológico). Nos puede desconcertar, nos puede dejar sin palabras, nos puede hacer pensar… pero no llevar a consecuencias desagradables. Todo lo que nos digáis servirá para que os conozcamos mejor y os podamos ayudar si así lo queries o necesitáis.
    Muchas gracias por tu blog.

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    • Creo que una de las principales cosas es la confianza, la creación del vínculo y el hecho de que vosotros mismos expreséis eso que dices y no deis por hecho que debemos saberlo, especialmente en los momentos que cambie nuestra actitud porque ese cambio de actitud suele ser la consecuencia de algo

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