Día de la madre, redes sociales que se llenan de felicitaciones, de fotos y carteles emotivos, grupos de whatsapp con «felicidades a todas las madres del grupo» y un largo etcétera. No todos los adoptados lo viven igual pero para mi el día de la madre, como el del padre, es un día de esos que podrían no celebrarse. De por sí no soy una persona amante de los «días de», salvo que tengan un trasfondo reivindicativo, pero es que especialmente estos días así como el del cumpleaños, etcétera.
Hace años que no felicito a mi madre adoptiva por tal día (tampoco a mi padre en el suyo), en diversas ocasiones les he dicho que son días que no me gustan, en esas mismas ocasiones he recibido diversas respuestas como si fuese algo personal hacia ellos. No voy a negar que hay y hubo cosas complejas en nuestra relación pero esta cuestión va mucho más allá de esas cosas complejas. Además este año es el primer día de la madre desde que supe que mi madre biológica falleció, sin la posibilidad de obtener respuestas, sin saber cómo ni dónde se encuentra, sin saber cómo fue todo después de mi. El tiempo calmó la ansiedad que tenía por dentro en esos primeros meses de hace pronto casi un año pero eso no significa que no siga estando ahí esa incertidumbre, esa necesidad imposible por saber…
Son días que despiertan muchas emociones, sentimientos, que a veces realmente gustan o realmente no y, lo más sano para todas las partes es que en caso de que no guste no lo toméis como algo personal.
Una adoptada más 